''Aquel hombre era como algo salido de un cuento de hadas o de un mito: una criatura fabulosa y peligrosa. ¿Concede deseos? Pensó que la respuesta era sí, que ya le había concedido uno. Él se quedaría por un tiempo. Aquel deseo bastaba para una perra sin suerte llena de cicatrices como ella. Y mañana habría tiempo para pensar en otro deseo o en un tercero. Se durmió.''
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